Si es conveniente o no, si es necesaria, se perderá el tiempo, se sufrirán decepciones, se perderá la legitimidad?
Cuando se recorren los caminos veredales y se tiene la fortuna, el privilegio de escuchar a las víctimas del conflicto ellas, las vergonzantes, las que no se atreven, aún a costa de su propia vida y la de su familia, salir de un entorno seguro... las mismas que prefieren seguir arriesgando sus vidas en medio de la violencia armada entre uno y otro actor, esas que jamás veremos pidiendo mercados en las oficinas estatales.
¿Qué piensan ellos? finalmente son la cuota en destierro, hambre, sed y sueño...son la cuota en sangre.
La paz se anhela, y se ha convertido en el tema de moda, como el chicle o la música... ojalá se impregne en la conciencia colectiva y entendamos que es tiempo de dejar atrás los orgullos seudopatrióticos para sentarnos a dialogar, en eso acompañamos al señor presidente de la República en su clara decisión de intentarlo, eso es de por sí, un valor agregado difícil de cuantificar.
el ciudadano de a pie, como somos llamados quienes no tenemos poder, creemos que el Estado debe procurar los mejores y más urgentes e ingentes esfuerzos en sentar a las mesas territoriales a los actores del conflicto armado, ojalá con el mayor número posible, multicultural pluriétnico, social y humanitario posible como ponente humano.
Sólo entonces... habrá una luz.
Acompañamos a nuestro gobierno en esta nueva etapa.
Sin miedo a fracasar, entendiendo que la paz no se construyen con columnas politiqueras y oportunistas, con posiciones extremas, sino que se construye sobre un sacrificio de sangre que ya hemos puesto las víctimas y que difícilmente pondrán los académicos de la guerra...
Así que, adelante valientes... sentemos a entendernos, a sembrar, a escuchar y zanjar las diferencias...y sobre todo a proponer con creatividad, esperanza y constancia manera de trabajar para lograr un mejor clima de convivencia en nuestra patria, tenemos fe en la nueva etapa, en organizaciones como Foundation of the Americas, y su presidenta-fundadora RACHEL EUGENIA PINEDO....Gracias por creer que este sueño de envejecer y morirse de viejos, puede ser posible. A mi maestro ANDRES GINESTET y su esposa KAROLIN KAPPLER, por hacernos entender nuestra misión en esta complejidad que es nuestro conflicto armado en Colombia... estamos listos para seguir aportando.
Nos faltaba más...cuando vivíamos en las tinieblas... ¡que Dios nos siga acompañando en esta lucha!
Amén.
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